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La economía se destapa

Esa podría ser la conclusión de las declaraciones gubernamentales sobre el crecimiento del PIB en el segundo trimestre de este año. De que otra forma se puede sintetizar una tasa de expansión del 8.9%, que sólo se la tuvo en el tercer trimestre del 2008 justo cuando el mundo reconocía la existencia de una crisis monumental que puso en riesgo la existencia de todo el sistema financiero y productivo.


No quiero decir con esto que estamos frente a otra etapa contractiva como la ocurrida en el año 2009 aunque el mundo tampoco demuestra signos de convalecencia sostenidos, pero lo que si me interesa citar es la relatividad, dentro del margen objetivo en el cual se puede comentar los resultados, de la cifra, pues el gobierno no ha advertido que el cálculo se basa en la comparación con lo ocurrido hace cuatro trimestres y no en la evolución natural que se mide con respecto al período inmediato anterior.


Si hacemos ese cálculo el crecimiento es del 2.2%, tasa buena pero no espectacular, cuyas explicaciones requieren de mayor profundidad en razón de la aparente reactivación de la inversión privada, con características singulares, pues llevan, conjuntamente con la inversión pública, a una expansión del 5.4%, si respetamos la comparación con el período anterior o al 17.2% usando la metodología poco usual con los protocolos de información internacional, pero que corresponde a la forma como el gobierno informó al país.


¿Qué proyectos o sectores privados están invirtiendo tanto? No se aprecia que ello ocurra. El gobierno si lo hace, incluso incorpora conceptos reñidos con la inversión como parte de ella y por esto es indispensable aclararlo. El BCE debe publicar el detalle de sus cálculos para apreciar la certeza de sus apreciaciones. Se ha solicitado el desglose de la cifra de inversión, pero no se la entrega. ¿Qué temor tienen en hacerlo?


Si el análisis se lo hace por actividades, no se comprende cómo la electricidad y el agua crecen al 34.9%, la refinación de petróleo al 40.7% o la construcción al 25.9%. Esto sólo se puede entender si en los trimestres anteriores las actividades citadas tuvieron una contracción fenomenal por cuanto en este tiempo no hay una oferta explosiva de estos sectores.


Aquí se ve la inconveniencia de medir con etapas remotas, en las cuales existieron hechos determinantes de un ciclo. Y si no miremos que pasa con refinación al compararla frente al primer trimestre de este año: cae en el 9.9%. Construcción crece pero al 9.3%.


En resumen, hay una ilusión económica que se esconde en la utilización de una base de comparación con un tiempo recesivo. La economía crece, pero no lo hace al ritmo que puede y en su trayecto está engendrando problemas por ahora ocultos pero gravitantes.



DESTACADO


Hay ilusión económica por la comparación con un tiempo recesivo. La economía crece pero no al ritmo dicho.


Colaboración

Editorial Diario EL COMERCIO

Octubre 12 del 2011

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