Inquietudes nacionales
- Abelardo Pachano
- 6 abr 2011
- 4 Min. de lectura
¿Cómo actuarían las fuerzas del mercado en caso de que el Gobierno no tome ninguna medida correctiva acerca del déficit de la balanza comercial?
Hay varios escenarios: el primero cuando el déficit es de un valor relativamente pequeño (normalmente cercano al uno por ciento del PIB: 600 millones de dólares) que puede ser compensado con ingresos de capitales públicos o privados (préstamos o inversión). En este caso la balanza de pagos arrojaría un resultado global (suponiendo que tanto las remesas como los servicios no amplían la brecha) razonablemente equilibrado y la economía no tendría un factor desequilibrante.
Un segundo escenario podría presentarse con un déficit comercial mayor (digamos superior al dos por ciento del PIB: 1.500 millones de dólares) pero que por las condiciones políticas en las cuales trabaja la economía nacional, los mercados internacionales la miran con confianza y le ofrecen facilidades crediticias, los inversionistas deciden invertir en el país y traen sus capitales, o los empresarios nacionales encuentran oportunidades que le llevan a repatriar los capitales nacionales, todo lo cual permite compensar este fuerte desbalance entre importaciones y exportaciones. Aquí, la economía tampoco tiene un factor desequilibrante y desarrolla sus actividades con normalidad. Obviamente, si el ingreso de capitales está marcado por el endeudamiento público, la economía ha superado un problema pero podrá tener otro en el futuro. El año siguiente, el déficit será mayor. En el fondo no se ha corregido el problema. Se lo ha dilatado.
La tercera es la más compleja de entender, especialmente en el corto plazo, pero por la forma como la economía actúa, el problema se corrige en sus raíces. Se trata de un déficit comercial alto (de valor parecido al anterior) que no tiene posibilidades de financiamiento. En este caso el país no accede a fuentes que le permitan compensar la salida neta de divisas originada en el comercio exterior. Las razones son obvias y diversas. La dinámica del ajuste camina de la siguiente manera: se contrae la oferta de dinero, es decir hay menos dólares en el sistema financiero, lo cual ocasiona limitaciones crediticias, que a su vez lo encarece, se vuelve selectivo y obviamente limita la expansión de la actividad económica. Las personas tienen menos dinero, se reduce la demanda de productos importados y la balanza de pagos busca un equilibrio con un menor nivel de actividad económica.
No hay que olvidar que la dolarización es un sistema de económico de caja. Se expande si la balanza de pagos es excedentaria y contrae con déficit. La dependencia en el petróleo es una amenaza que está ahí. El déficit fiscal y externo con restricción crediticia internacional es un factor crítico para las actividades privadas y los indicadores sociales. La contracción monetaria puede ocasionar sustos en el sistema financiero.
La expulsión de la Embajadora de los EEUU afectará las relaciones económicas con los EEUU.
En algunos temas sí. En otros no. Explico: en aquellos aspectos en los cuales se requiera convenir con el gobierno de los EEUU habrá un endurecimiento de la posición norteamericana. El ejemplo evidente es la extensión de la vigencia- hasta ahora suspendida- del ATPDEA. Para el país va a ser más complejo convencer a los dirigentes políticos de los EEUU sobre la conveniencia de mantener esta ventaja en favor de las exportaciones nacionales, mientras Colombia se encamina hacia la aprobación del TLC en el congreso norteamericano. Ecuador se queda sólo, con lo cual las exportaciones ecuatorianas enfrentarán un arancel casi exclusivo que les pone en dificultades de competitividad. El elevado componente de mano de obra involucrado en estas actividades corre peligro.
Pensar en la negociación de un acuerdo económico más amplio con los EEUU, que tendría similitudes con un TLC aunque no se lo llame así, es una quimera. El país pierde instrumentos de defensa de sus exportaciones.
En los organismos multilaterales es posible que los EEUU mantenga una postura crítica. Sin embargo, esto habrá que verlo en la tramitación de los créditos que solicite el país. Las líneas de cooperación también pueden afectarse constriñendo los programas de apoyo social.
Aunque el gobierno nacional busque personalizar el problema con la embajadora, las relaciones oficiales tendrán su impacto y la actitud del gobierno de los EEUU será fría y sin iniciativa de apoyo.
El Gobierno muestra su obra física en carreteras. ¿Son suficientes para movilizar la producción agrícola? ¿Cómo estamos en vías secundarias y caminos vecinales?
La red vial principal está en mejores condiciones. Eso se lo ve. Obviamente el resultado es un transporte de bienes nacionales, alimentos y otros hechos en mejores condiciones de tiempo y costo. Sobre las redes secundarias es difícil dar una respuesta concreta. No hay una priorización nacional. Depende de la provincia y el trabajo realizado por los Consejos Provinciales. Por ejemplo, en la provincia de Tungurahua, la red vial está en excelentes condiciones y la movilización de personas, agricultores, campesinos e indígenas, así como de productos se lo realiza de manera segura, rápida y con bajo costo. En Pichincha no hay información de un plan con alta prioridad. Por lo menos no se lo conoce. En Guayas las vías han mejorado, pero si hablamos de Esmeraldas, las condiciones son precarias.
Tras la cumbre ambiental se habló del aprovechamiento de la basura para hacer energía y potencias el ecoturismo. ¿Pueden ser fuentes de energía, ingresos y empleo?
Claro. El mundo ha puesto estas opciones en el centro de las decisiones políticas. Ahora con la crisis del medio oriente y norte de África otra vez se aprecia las amenazas de aprovisionamiento de energía convencional. Hay varios países del mundo que están construyendo plantas procesadoras de basura para generar energía alternativa. Ayuda al ambiente, mejora la calidad de vida de quienes viven en las ciudades y sus alrededores, da trabajo y es competitiva en precio.
La inversión inicial es alta, pero existen empresas dispuestas a correr el riesgo con contratos de concesión a largo plazo para procesarla y vender energía. Se ahorra la movilización diaria y el tratamiento de la basura. Los concesionarios asumen una parte de ese costo y las ciudades ahorran dinero. La Corporación de Investigaciones Energéticas (CIE) trabaja en el país en este tema y tiene algunos resultados expectantes.
DESTACADO
El Ecuador cada día está más solo. Su política internacional conspira con el bienestar de la sociedad.
Colaboración
Diario El Comercio
6 de Abril del 2011