Inquietudes nacionales
El precio internacional del petróleo está subiendo. ¿Eso quiere decir que la crisis no golpeará demasiado a la economía ecuatoriana?
La crisis mundial tiene diversas manifestaciones en distintos campos económicos que la convierten en la más compleja y dañina de los últimos 70 años. Afecta a casi todas las actividades y se transmite a través de los más disímiles canales. Uno de ellos es el precio de las materias primas, de los productos básicos, de la energía, de los minerales. Pero existen otras formas de destrucción de bienestar como el estrangulamiento crediticio internacional que pone en aprietos la capacidad de mantenimiento de las actividades productivas y públicas de muchos países en el mundo. O si se quiere ver las cosas desde el punto de vista del comercio internacional, la contracción del consumo cuestiona la viabilidad de muchas empresas y sus correspondientes puestos de trabajo.
El precio del petróleo por lo tanto es uno de los elementos que conjuga esta realidad. Su precio ha caído un 70% desde mediados del año anterior y el rebrote de los últimos días es efecto propio de la alta volatilidad que existe en los mercados mundiales, cuya sensibilidad a cualquier tipo de noticia lleva a reacciones emotivas antes que sustentadas en cambios de la realidad económica.
Por supuesto esta recuperación es una buena noticia para el país, pero no se puede confiar en ella para suponer que los daños son menores o que no van a ocurrir. Si algo se ha vuelto a evidenciar en esta crisis es que la prudencia económica es la mejor consejera. Constituye un activo inapreciable cuando las cosas se ponen complicadas. Nada nos dice que la crisis mundial está superada. Los efectos contractivos todavía están por verse.
¿Cómo se explica las recientes medidas económicas tomadas en Venezuela por el presidente Hugo Chávez? ¿"Abdicó" el mandatario de sus principios socialistas y optó por "el neoliberalismo?
Es la reacción lógica de un gobierno que mira con angustia la presencia de una situación caracterizada por la estrechez económica. Estrechez promovida por el ambiente auto creado de un desproporcionado e inútil gasto público. Recordemos que en tiempos pasados ese país vivió y hasta derrochó cuando tuvo menos dinero. En economía se acabó el discurso barato. Ahora hay que pagar las cuentas. Y los comensales forzados a hacerlo son todos los venezolanos.
La subida del IVA, la devaluación del Bolívar en el mercado paralelo, el ajuste salarial recuerda etapas históricas nacionales muy cercanas. Confirma que los excesos cuestan mucho. Pasan su factura y eso no es ni renunciamiento ni reconocimiento de cambio en la concepción política del gobierno. Es realismo duro y simple. El populismo lleva a esas aparentes contradicciones que busca cargar la culpa a los enemigos de siempre.
Finanzas públicas ordenadas, políticas monetarias que preservan la estabilidad, respeto a las normas de una economía responsable de mercado no conforman un esquema neoliberal. Son principios de responsabilidad social que han dado muestras de ser capaces de resolver los problemas de inequidad de las sociedades.
¿Cómo afectará o beneficiará a la banca ecuatoriana el anuncio del presidente Obama de lanzar un nuevo paquete de rescate a la banca estadounidenses?
La economía norteamericana representa el 25% de la economía mundial. Cualquier cosa que ocurra en ella tiene repercusiones en muchas partes del globo. Por eso se espera que este programa económico ofrezca resultados tangibles que encadenen los efectos a las economías vinculadas.
En ese sentido, el apoyo decidido al la banca norteamericana tiene particular interés por las relaciones que mantiene con todo el mundo. Su recuperación permitirá restablecer los flujos de financiamiento que son indispensables para el funcionamiento de los sistemas productivos. La actual descapitalización bancaria y la notable reducción de líneas de crédito internacionales ha producido efectos en cadena en la desestabilización de muchas industrias y actividades económicas. De ahí que el objetivo sea la restitución de la confianza en el funcionamiento del sistema que hoy está considerado como “zombi”.
Stiglitz dice que el impacto de la crisis aún no llega para los países pobres, pero que cuando ocurra por lo menos durará diez años recuperarse. ¿Usted opina igual?
Ya existen indicadores evidentes de contagio. El desempleo aumentó en muchos países. Las exportaciones caen en picada. La producción manufacturera se reduce. Las monedas se devalúan. Se suben aranceles. Los déficits fiscales crecen. Aumenta la pobreza.
Lo que no dice Stiglitz es que los países en desarrollo no ocasionaron este desbarajuste. Que las responsabilidades lo tienen los industrializados y sus sistemas de regulación y supervisión. Tampoco reconoce que los países que construyeron buenas políticas económicas y fueron precavidos están bastante bien protegidos. Que son los imprevisivos los que enfrentan amenazas severas. Y respecto del tiempo requerido para recuperarse, la respuesta está condicionada a la severidad del contagio, a la forma de enfrentarla, y la duración de los daños en los países de mayor adelanto.
¿Es posible que la dolarización caiga no por decisión del Gobierno sino, simplemente, porque la crisis mundial la hace insostenible?
No necesariamente. Todo depende de la consistencia que exista en el manejo del modelo. Normalmente las crisis convalidan las discordancias incurridas. El tipo de cambio fijo, el flexible, los flotantes necesitan que la política económica que lo cobije sea firme con su existencia.
Una amenaza externa es el uso del tipo de cambio por parte de ciertos países como ventaja comercial en la disputa de los mercados mundiales con los productos nacionales. Ahí, toca al Ecuador, dentro de la dolarización diseñar instrumentos que permitan mantener la competitividad de la producción nacional. Se pueden explorar políticas promocionales de inversión y empleo.
La dolarización es rígida pero permite espacios para políticas flexibles de defensa de la competitividad y producción.
DESTACADOS:
La dolarización es rígida pero permite políticas flexibles de defensa de la competitividad y producción.
Colaboración
Diario El Comercio
27 de Marzo del 2009