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Visión con cataratas

“El Ecuador ya tiene una hoja de ruta en materia comercial” es la declaración oficial del gobierno en la determinación de la política de relaciones económicas internacionales, con lo cual parecería ser que la visión de desarrollo retorna a la senda que empezó a construirse alrededor de 1880 –hace apenas 130 años- cuando se inició la incursión del cacao en los mercados internacionales y que luego marcó en la historia del siglo XX una estrecha vinculación del crecimiento y la estabilidad económica y política con el estado de humor de esas relaciones.


Producto de esa definición estratégica, el Ecuador ha sido uno de los abanderados de la apertura comercial, lo cual le ha llevado a ser el más intrépido exponente de su búsqueda de bienestar apalancado en los mercados externos. Hasta estos días lidera, ahora compartiendo con Chile, una enorme proporción del PIB con las transacciones externas. 75% de este indicador está relacionado con los mercados mundiales, mientras Argentina por ejemplo no supera el 20%.


Y esta estrategia ha creado empleo en un incontable número de actividades que hasta hoy ofrecen el pan de cada día a cientos de miles de familias especialmente campesinas. Banano, café, cacao eran los frutos símbolo, a los que se han sumado el camarón, las flores, algunas hortalizas, verduras, frutas de altura, carnes exóticas, entre muchas más.


¿Qué hubiera sido del Ecuador si no se abría al mundo? ¿Habría sido posible encontrar en su interior compradores de bienes por las cantidades que lo hacemos en los mercados de afuera? O, a lo mejor hubiéramos transitado por un sendero de más pobreza y mayor violencia.


Lo cuestionable del anuncio oficial está en el diseño de la ruta que no lleva a ninguna parte. Dicen que van a negociar con Canadá, pero no recuerdan que ese país también tiene una política agrícola muy protegida, con subsidios enormes y distorsiones que pueden ocasionar los mismos daños potenciales que se criticaron en la negociación del TLC, además de su limitada relación comercial con el Ecuador, pues las exportaciones hacia allá son de alrededor de los 30 millones de dólares anuales, o lo que es lo mismo el 4 por mil de todas las exportaciones!!


Mencionan a Chile, con quien ya tenemos una relación establecida y cuyos complementos son interesantes pero no marcan un cambio relevante en la relación. Finalmente hablan de acuerdos con Honduras, Salvador, Nicaragua y Guatemala, que en conjunto nos compran un promedio anual de 200 millones de dólares, es decir el 2.7%.


Méjico, que es otro miembro del acuerdo comercial de Norteamérica no asoma en la ruta, aunque dicho sea en verdad no pesa casi nada en las relaciones con el Ecuador. De la Unión Europea, con quien se negocia en conjunto con los otros países de la CAN, y en donde hay unas barreras iniciales muy complejas que ameritan otro comentario, tampoco se dice nada. De tal manera que si hay que calificar esta definición de política comercial, se podría decir que no aporta esperanza para el mejoramiento del bienestar y crecimiento nacional. Carece de sustancia, no mira la historia y refleja una visión afectada por cataratas.


DESTACADOS


La apertura comercial creó empleo en actividades que ofrecen el pan diario a cientos de miles de familias.




Colaboración

Editorial Diario EL COMERCIO

Octubre 4 del 2007

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