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Número mágico

¿Ha escuchado alguna vez del Gap de Gender? Seguramente no. Lo conocí hace pocos días y me llamó la atención porque ha través de él se busca expresar, en un solo número, el nivel de discriminación e inequidad que existe en el tratamiento u oportunidades que otorga la sociedad a hombres y mujeres. Es en definitiva un medidor del problema de género del que tanto se habla en estos días.


La Universidad de Harvard, la Escuela de Negocios de Londres y el Foro Económico Mundial lo han desarrollado para 115 países, con lo cual cubren el 90% de la población mundial, entre los cuales consta Ecuador. Para ello han debido estandarizar todas las informaciones que permitan medir objetiva y de forma segura el nivel de trato igualitario que existe para hombres y mujeres, niños y niñas en derechos, responsabilidades, oportunidades.


Para llegar a este número mágico, parecido al tan conocido de la inflación que se lo obtiene por un método de muestreo, es necesario utilizar una buena cantidad de indicadores sociales en los cuales se evidencie la forma como trata la sociedad a los pequeños y a hombres y mujeres. Lo cierto es que a la final el número óptimo, de equidad absoluta es el uno, y el de inequidad total cero. Entonces, el resultado obtenido para un país, mientras más cercano sea a uno demostrará que ofrece mejores políticas sin discriminación alguna a niños, jóvenes y viejos sin distingo de género.


En el caso del Ecuador, la investigación correspondiente al año 2006 le otorga el puesto 82 entre los 115 países, con un Gender de 0.64. Su mejor calificación la tiene en educación con 0.99, salud con 0.98, mientras se desmorona en oportunidades económicas con 0.50 y en participación política con apenas el 0.10.


Los países con mejor puntuación son Suecia (0.81), Noruega (0.80), Finlandia (0.80). En América Latina los mejor ubicados son Colombia en el puesto 22 con 0.70, Costa Rica en el 30 con 0.69, Panamá en el 31 con igual valor. El farolito lo tienen Yemen y Arabia Saudita con 0.45


El Gap de Gender nos ayuda a poner en un primer plano, con un número fácil de asimilar, la evidencia sobre la complejidad, el avance o retroceso que se da o existe en un país, al tratamiento del problema de equidad en este tema de género. Exactamente igual de lo que ocurre por ejemplo con el índice de desempleo, o desnutrición. Ayuda además a comparar la situación con las demás sociedades y demostrar el grado de dinamismo con el que resuelve las inequidades.


Vale advertir que este índice no lleva a ninguna conclusión sobre la forma como cada país enfrenta los problemas sociales, ni si ellos están en mejor o peor posición. Sólo determina la forma como trata a todos sus miembros.


Y en ese sentido colabora, como ya se dijo antes, a conocer el problema, con lo cual el viejo axioma que dice que “problema que no se conoce no se resuelve” se lo supera, para ahora ubicarse en el nivel de “tema que no se comunica no se vende”. Y, ahí está la tarea.


Con esto tenemos una herramienta que permitirá una discusión menos dogmática y más objetiva, que debe servir de ejemplo para hacerlo de igual forma con la educación, pues hasta ahora no hay un número que sintetice la compleja realidad del principal índice de desarrollo futuro.


DESTACADO


Ecuador está en puesto 82 entre 115 países en tratamiento del problema de inequidad en niños y género.



Colaboración

EDITORIAL DIARIO EL COMERCIO

Mayo 16 del 2007

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