Amenazas y dasafíos
La Conferencia Anual del Club de Madrid trató este año el tema “Energía y Liderazgo Democrático: Desafíos”, por la enorme importancia que ha tomado este campo de actividad en la viabilidad del mundo moderno. Su peso específico ha llegado a ser tan gravitante que para muchos de los políticos y expertos, va a determinar que la conflictividad internacional dependa en altísimo grado de la seguridad y confiabilidad del abastecimiento energético. Incluso, para algunos miembros del Club, como es el caso del ex Presidente Felipe Gonzalez es un hecho inevitable la presencia de una crisis de oferta. Y es que Europa ya percibió el riesgo de manera directa cuando Rusia cortó a principios de año el abastecimiento de gas al viejo continente al cerrar los ductos que pasan por Ucrania.
Los datos sobre el balance energético del mundo determinan que las regiones y los países democráticos sólidos y con estructuras económicas desarrolladas son altamente deficitarios, mientras los países emergentes como Rusia, los en desarrollo ubicados en el Medio Oriente y América Latina y los atrasados de África son excedentarios de energía.
Europa, Norteamérica, Asia y Australia necesitan en conjunto del equivalente a casi 14 mil millones de barriles de petróleo al año para poder mantener sus economías operando con normalidad, y esa energía la disponen países de otras culturas, otra organización política y por supuesto en su mayoría de otra religión. Poniendo cifras muy redondas para ilustrar el tamaño del problema que sustenta la gran preocupación mundial, casi el 50% de la demanda mundial está condicionada a los hechos políticos y las decisiones económicas de las regiones y países que tienen, en diferente grado alguna conflictividad con las sociedades occidentales. A esto se agrega el hecho de que la demanda mundial crece casi exclusivamente sólo por transporte y ahí las alternativas de energía todavía son incipientes.
Ahí caben múltiples reflexiones sobre la conducta futura de Irán, Irak, Arabia Saudita, que son los concentradores de la oferta de petróleo, y de Rusia, Ukrania e Irán que lo hacen en el gas, dentro de un ambiente caldeado por intromisiones desafortunadas y poco reflexivas, que sin duda alguna desestabilizaron la precaria relación política con esos países.
Desde esta perspectiva se comprende la razón equivocada y la visión poco objetiva que se tuvo para querer asegurar un abastecimiento energético en base a la fuerza, y la visión pragmática de ciertos países europeos en oponerse. Pero, ahora ya es tarde. La época de la energía barata se acabó. También se la usa como arma o herramienta política y eso concurre a la complicación de los equilibrios mundiales.
Xavier Solana sostiene que si el consumo per. Cápita de energía de los EEUU se reduciría al nivel del europeo, el mundo ahorraría toda la energía que produce Irán. Hay, en adición un problema de mal uso o dispendio que obliga a diálogos directos entre los países del Norte.
Del otro lado existe una realidad dolorosa. Cerca de 2.000 millones de personas viven en un mundo de oscuridad. No tienen luz pero son parte de los países con excedentes de energía y ahí hay 1.000 millones de seres humanos que viven con un dólar diario de ingreso. Las amenazas y desafíos son reales.
DESTACADO
Europa, Norteamérica, Asia y Australia compran casi 14 mil millones de barriles de petróleo al año
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
15 de Noviembre del 2006