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Inquietudes nacionales

¿La elección de un aprista como Alan García variará la línea de la política económica del Perú más hacia la izquierda que al centro?


Si mantiene sus compromisos de campaña y cumple su palabra de no repetir los errores que cometió en su gestión anterior, el Perú podrá ver en ejecución una política económica de continuidad, en la cual se cuide con mucho celo la estabilidad alcanzada desde la época de Fujimori, quien fue su sucesor y tuvo que reconstruir todas las bases de su política económica. ¡Ironías de la vida! Para ello, García ha sostenido reiteradamente su total adhesión al modelo económico en ejecución, con las variantes sociales que sean menester, a fin de ofrecer soluciones a la inequidad existente, que ha sido el caldo de cultivo para que los marginados demuestren a través de los votos protesta en las urnas, su desconsuelo con los resultados que ofrece el Perú.


La calificación de este modelo como de centro o de izquierda es una forma históricamente superada de mirar las políticas económicas. Ahora, usando una frase afortunada de Lagos se la mide por su sentido común. Lo importante, la sustancia está en su capacidad de ofrecer oportunidades reales, viables, sostenibles de solución a los problemas sociales. De enfrentar los retos, las amenazas y de aprovechar las oportunidades que ofrece el mundo actual, no el de ayer sino el del mañana. Y en esa línea, el discurso de Alan García es diametralmente distinto al de los ochenta. Si avanza en esta dirección y consigue mejoras sociales, tendremos otro caso similar al chileno que confirmaría, una vez más, las enormes e indiscutibles ventajas que cosecha una política económica seria y equilibrada.


Ha dicho que no aceptará poner en riesgo el ambiente promotor de inversión, que no habrá botines políticos y que el Estado será manejado con pulcritud, cuidando los equilibrios alcanzados. Incluso, se ha proclamado favorable al TLC y la apertura económica.


Por cierto, tendrá un Congreso mayoritariamente de oposición por el mismo defecto electoral que hay en el Ecuador de elegir diputados en la primera vuelta, Humalla le generará una presión política populista y el APRA tendrá que cambiar de conducta histórica.


El Ministro de Energía ha propuesto cinco macro proyectos como refinerías, instalaciones para gas y exploración del campo ITT. ¿Será posible que esta proposición tenga sentido al final del Gobierno?


Seguimos soñando y construyendo castillos de papel. Es sintomático, pero cada vez que el gobierno toma medidas que son difíciles o cuestionables, nace un castillo de proyectos que ilusionan a los pocos ingenuos que quedan en nuestro país. Con estas propuestas se busca poner tierra sobre el problema real para dejar de discutirlo y sustituirlo por esta “supuesta” brillante estrategia que cambiará el mundo. La historia política está plagada de estas propuestas.


Si no podemos manejar la única refinería que tenemos, en la cual los distintos gobiernos han tomado decisiones contradictorias mezclando tecnologías, alterando la materia prima, manejándola sin ningún criterio económico que le ha llevado a tener pérdidas anuales de más de 400 millones de dólares, pregunto,¿el Estado será capaz de manejar semejante enjambre de empresas que, además de su complejidad técnica, demanda inversiones millonarias, para atender las cuales carece de recursos? ¿Podrá hacerlo con una política de precios de los combustibles que genera un subsidio de 1 800 millones de dólares?


La historia empresarial del estado ecuatoriano es, por decirlo tímidamente, lamentable. Casi todas las empresas o están quebradas, o son ineficientes, o constituyen medios para increíbles actos de corrupción. Y, ahora con esta propuesta se busca crear más, en lugar de pensar en cómo optimizar, o maximizar la explotación petrolera, ahorrar los excedentes y poner una parte a la disposición de programas sociales bien articulados, con participación ciudadana y veedurías estrictas.


Respecto del campo ITT, que es el de mayor reserva, su explotación ha sido dilatada consistentemente por los últimos gobiernos que no han atinado a encontrar una formula de participación con empresas privadas. La inversión es tan grande que el Estado no tiene posibilidad alguna de ponerlo en producción y va indefectiblemente a depender de la inversión privada. ¿Será posible hacerlo en las postrimerías de un gobierno? ¿Se utilizará este campo para las renegociaciones de los contratos que están en marcha?


El foro petrolero ha propuesto urgentemente un fideicomiso para blindar la administración del Bloque 15 que administraba la Oxy. ¿Qué factibilidad tiene esta propuesta?


La carta enviada al Presidente parte de la convicción que Petroecuador no tiene capacidad para manejar este campo. Propone crear transitoriamente la un fideicomiso con la participación del MEF, BCE y Petroecuador a fin de concertar la distribución de los recursos que genera la explotación del bloque 15, asegurando la continuidad de las operaciones, atención oportuna de las inversiones y disponer del remanente para el Presupuesto del Estado.


La base jurídica es la declaratoria de un Estado de Emergencia según lo dispone la Constitución y la ley de Seguridad Nacional. Las normas de la fiducia son las del Código Civil. Según el Foro, hay el antecedente del campo Atacapi-Paraguacu que se lo opera de esta forma. Ahí participan una compañía privada, un banco privado, dos entidades públicas, y la administración es producto de una licitación.


Durante la emergencia se crearía una situación especial, extraordinaria que según los proponentes permite obviar los problemas de la aplicación de las normas de contratación pública


En la propuesta, se otorga 90 días para llamar a un concurso abierto a fin de seleccionar una empresa que se haga cargo definitivamente de la operación del campo.


Lo sugerido parece razonable. Para su implantación y éxito se requiere un aporte inicial del gobierno de 50 millones de dólares en calidad de anticipo para capital de operación, y la inclusión de controles, auditorias, sistemas gerenciales y contratación de personal técnico idóneo.


¿Superado el caso político electoral en el Perú recobrará fortaleza la Comunidad Andina para negociar conjuntamente una prorroga o un nuevo régimen para las Atpdea?


Las incompatibilidades son complejas, sin embargo, veamos lo que ocurre en la reunión de Quito de la próxima semana. Mi impresión es que Venezuela difícilmente cambiará de parecer. Bolivia no aporta mucho. Ecuador tiene sus problemas, mientras Colombia y Perú están alineados. Es posible que se pida una extensión general del Atpdea, pero de ahí a conseguirla hay un trecho intrincado de superar.



DESTACADOS


Casi todas las empresas públicas están quebradas, son ineficientes, o constituyen medios para actos de corrupción.



Cuando el gobierno toma medidas cuestionables, nace un castillo de proyectos que ilusiona a los ingenuos del país.




Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Junio 8 del 2006

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