Inquietudes nacionales
¿Hasta qué punto era justa la situación que vivía Bolivia respecto a su participación en el gas, algo similar a la participación del Ecuador en los excedentes de los precios del petróleo? ¿Por qué hay que llegar a extremos nacionalistas para equilibrar esta situación?
En las relaciones contractuales siempre existen inconformidades. Pocos son los que transigen con lo que tienen. Las excepciones son escasas. Eso pasa en los contratos privados y por supuesto se ve en las relaciones con el estado. Normalmente la parte que se ve afectada después de cierto tiempo de funcionamiento del acuerdo se olvida de los antecedentes que le llevaron a firmar dicha vinculación para entender objetivamente los orígenes del convenio, y busca, con razón o sin ella, modificar las condiciones convenidas. Así actúa el estado y también las empresas privadas. Por supuesto, la postura inicial de la contraparte es de resistencia al cambio y ahí radica la cimiente del desentendimiento. Su incentivo es demorar la renegociación provocando el escalamiento del conflicto.
Cuando la parte que está sometida a la presión del cambio es inteligente y comprende que el negocio está en peligro porque la relación se desbalanceó, la posibilidad de una revisión oportuna y razonable aparece en un horizonte constructivo y de cierta armonía. Igualmente, si la parte demandante irracionaliza su planteamiento, la posibilidad de una renegociación desaparece, y eso me parece que ha ocurrido en Bolivia.
Ya en los años cincuenta del siglo pasado este país nacionalizó la minería con los mismos argumentos que se usan hoy con el gas y el resultado final no fue el prometido, sino más pobreza. Por eso uno de los miembros de la famosa triada, Paz Estensoro, Siles Suazo y Lechín, reconvino en su postura y a fines de los ochenta propuso políticas diametralmente opuestas. Se produjo la ley del péndulo, llevando las decisiones a los extremos que siempre son malos, pues olvidan que las relaciones estables sólo persisten si son equilibradas y se comparten los beneficios.
El gas ahora es un producto vital para Bolivia pero su extracción exige grandes capitales y una buena administración, y por ello precisamente concedió su explotación a empresas que lo tenían ya que ese país carece de los dos elementos. Sin ellos o en confrontación con ellos, los resultados no serán los que desea esa sociedad. El camino de la negociación, por duro que sea es mejor que el del rompimiento de los contratos. Con esto se aseguran derechos inamovibles, se profundizan principios que aseguran trato equitativo que atraen inversión, generan empleo, bienestar y el estado recibe lo que le corresponde.
Estoy convencido que una vez más el país del altiplano cometió un error histórico que le traerá mayores dolores sociales.
¿Cuáles son los grandes puntos pendientes de la agenda tributaria que elaboró Elsa de Mena y que debiera ejecutar el sucesor Cárdenas?
El más importante es darle continuidad y seguridad al proceso de fortalecimiento institucional que requiere el SRI para profundizar la cultura de pago de impuestos que todavía es muy débil. Los resultados de la gestión de cobro en los tributos se los aprecia en el tiempo pues cada día se consigue alguna mejora si la institución desarrolla su trabajo bajo preceptos de respeto a las normas jurídicas y de defensa del profesionalismo y la honradez de quienes trabajan en esa dependencia.
La CAN y la Unión Europea se reunieron en el peor momento. ¿qué destino tiene esta relación en el futuro?
A la Comunidad Europea le interesa negociar con el bloque andino y no con cada uno de sus miembros. Así lo ha hecho saber y así actuó con el MERCOSUR. Incluso le interesa hacerlo luego de que se hayan establecido compromisos comerciales con los EEUU. La salida de Venezuela, la política boliviana de confrontación con las inversiones, el cuarto intermedio del Ecuador son aspectos que a no dudarlo van a llevar a una reconsideración de la CE sobre estas conversaciones.
¿Por qué demoran los tiempos de la negociación de la Oxy si ya dio luz verde el Procurador? ¿Se estará previendo una reacción de los grupos radicales para optar por la caducidad?
La politización agresiva del tema le ha hecho perder objetividad al tratamiento del mismo. El gobierno se entrampó en sus propias contradicciones y ahora le cuesta salir de ellas. El país discute emocionalmente y no percibe las profundas consecuencias que traería consigo una postura extrema, sancionada incluso por la propia constitución. En ese ambiente, esta papa caliente atemoriza a quienes deben asumir su responsabilidad, y ahí aparece el juego del florón.
No veo porqué son incompatibles la defensa del interés nacional, su soberanía y la renegociación del contrato, si lo que se busca es optimizar la participación del estado. Es más, no entiendo porque el Presidente, que es el representante del estado se niega a reconocer su responsabilidad en la solución negociada de este contrato. Lo dice la ley. Y, si es consistente con lo que afirmó antes, debería seguir la opinión del Procurador a la que dijo adherirse.
La palabra final la tiene el Presidente.
¿Que tan importante son las certificaciones internacionales tales como ISO o BPM en un proceso de apertura comercial como lo es el TLC?
Estas normas internacionales buscan asegurar la calidad de los productos que se ofrecen en el mercado, a la par que introducen prácticas que mejoran la productividad. La ISO 9000 es posiblemente la más conocida y aceptada a nivel internacional, y ello trae consigo un elevado grado de confianza de los clientes o compradores de los productos que cuentan con esta certificación.
Las normas ISO aseguran que las empresas cumplen con estándares de calidad previamente establecidas. Los beneficios de su utilización y aplicación son la introducción de una política de mejora continua en la producción de los bienes, aumento de productividad, reducción de desperdicios y compromiso público con el mercado sobre calidad.
La norma BPM o también conocida de Buenas Prácticas de Manufacturas está vinculada con las actividades farmacéuticas y consiste en el aseguramiento de procesos productivos consistentes y vinculados con altos estándares de calidad dada la delicadeza de los bienes ofrecidos. Abarcan todos los campos de fabricación y minimizan la posibilidad de errores. Ahora también se utiliza la BPM en producción de alimentos y la industria química general.
El uso de estas normas facilita la introducción de productos en los mercados internacionales, pues aseguran calidad y su producción está optimizada en términos de costo, lo cual le otorga un adecuado nivel de competitividad.
DESTACADOS
Decisiones extremas siempre son malas. Olvidan que relaciones estables sólo persisten si son equilibradas.
Son compatibles y posibles la defensa del interés nacional, su soberanía y la renegociación abierta del contrato.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Mayo 11 del 2006