Inquietudes nacionales
¿Cuál es el perfil de la nueva política petrolera del gobierno con los nuevos titulares en el Ministerio y en Petroecuador?
En verdad no se. Las declaraciones del nuevo ministro no tienen un contenido que permita visualizar los lineamientos de su gestión. Son generales, poco precisas y más orientadas hacia el tema eléctrico.
El presidente Ejecutivo de Petroecuador ha presentado un inventario de la situación de la empresa, y lo dicho ha corroborado lo que sabíamos: atraviesa por una etapa de descomposición financiera, operativa y técnica grave que le está llevando a comprometer severamente el patrimonio petrolero público y a colocar a las finanzas públicas en una posición más compleja. La producción de hidrocarburos cae, la industrialización-refinación-de petróleo es ineficiente y por ello costosa, la distribución de combustibles tiene limitantes. En fin, el panorama confirma el enorme costo que representa para toda la colectividad la forma como opera esta empresa y, la escasa responsabilidad con la que actúa el Estado.
Al gobierno anterior se le previno del problema y los ministros de este ramo fueron insensibles en la búsqueda de soluciones, volviéndose co-responsables de los daños ocasionados a la sociedad. ¡Ya son más de 13 años de lenidad! Veamos si con el transcurrir de los días, las autoridades de hidrocarburos hacen algún planteamiento encaminado a resolver los problemas del sector, superan la etapa de diagnostico y, no actúan de la misma manera que sus antecesores.
El precio del petróleo actual, con tendencia estable o creciente será suficiente para alcanzar un equilibrio fiscal para el ejercicio económico del 2005.
Definitivamente no. El déficit del Presupuesto, como todos lo conocemos es cercano a los 500 millones de dólares que podría ser manejable si el Estado estaría en condiciones de obtener créditos que lo financien, pero eso va a ser muy difícil conseguirlo dado el ambiente creado en los mercados de capitales por las manifestaciones públicas hechas sobre el papel del endeudamiento.
Los excedentes petroleros no pueden usarse para financiar el Presupuesto a pesar de la eliminación del Feirep, pues tanto el Congreso Nacional, como el Presidente de la República en su veto parcial, que no acogió el pedido del Ministro de Finanzas tendiente a disponer de esos fondos para cubrir necesidades de la caja fiscal, mantienen el criterio de que esos recursos sirvan sólo para los objetivos específicamente señalados, con lo cual el Estado va a usarlos en proyectos que implican egresos adicionales a los presupuestados.
Volviendo al déficit, es preciso indicar que a esos 500 millones deberá sumarse la brecha de desfinanciamiento que se produzca como consecuencia del descalce entre el monto de las amortizaciones de deuda pública, que este año alcanza los 2.400 millones de dólares, y el valor de los nuevos créditos que reciba el Gobierno, tanto de deuda interna como externa. Hasta esta fecha, se estima que el descalce podría superar los 500 millones, con lo cual las necesidades totales de caja no cubiertas podrían exceder a los 1.000 millones de dólares. Conforme avance el año, veremos con mayor precisión este delicado tema.
¿Quién cubrirá los costos o las pérdidas que se cause por la desinversión financiera del IESS, en el caso de que se apruebe la devolución integral de los fondos de reserva?
Con esta decisión los daños se apreciarán en diversos órdenes. Por supuesto la devolución total está en contradicción con las normas constitucionales que rigen al sistema de seguridad social (Ver Art. 59 de la Constitución). Cualquier modificación que implique una devolución limitada en el monto para reducir el impacto será susceptible de demandas por su ilegalidad e inconstitucionalidad dado el arbitrario cercenamiento de derechos y el tratamiento discriminatorio (Art. 23 de la Constitución). Con esto quiero decir que las fórmulas de conveniencia político-electoral que se discuten en el país por falta de un liderazgo sensato, siguen siendo parecidas a la reacción del avestruz cuando tiene miedo.
Bien, los impactos o daños se verán, primero en la estructura financiera y operativa del IESS que deberá disponer, en un plazo perentorio de 730 millones de dólares, según los términos aprobados por el Congreso, para devolver a los afiliados. De ese monto, el 64% están invertidos en papeles de distinto origen y diferente vencimiento. Además, el monto total sujeto a entrega representa el 28% de todos los recursos de inversión que dispone a la fecha el IESS. ¡Las cifras son elocuentes!
Desde el punto de vista del sistema de pensiones, la decisión parte en dos al modelo aprobado en el 2001, pues la devolución ocasiona prácticamente la desaparición del Seguro de Cesantía, la eliminación del Seguro Médico Familiar, y la reducción de hasta un 50% en los montos de las pensiones, en especial de los más pobres.
En una perspectiva más amplia esta decisión mutila al sistema de pensiones en un nivel que puede llegar a comprometer su propia viabilidad. ¡Así de dramático es el problema y su correspondiente responsabilidad!
El financiamiento del Presupuesto es otra víctima de la decisión pues con la salida de los Fondos de Reserva, el IESS tendrá que pedir al gobierno que le pague más o menos 400 millones de dólares que tiene invertidos en bonos y Cetes para atender esta obligación, con lo cual, la brecha fiscal se hace más grande (adiciónela a la cifra que consta en la pregunta 2), a lo que se añade la reducción del monto máximo que puede invertir el IESS en papeles públicos.
El Banco Central por su parte verá decrecer sus reservas internacionales, más la incorporación de semejante suma de dinero a la circulación que de hecho creará presiones inflacionarias de demanda.
El Gobierno va a tener que optar por una decisión sujeta a principios si quiere sobrevivir y evitar una crisis de proporciones.
¿De qué manera la nueva política internacional del Ecuador frente al caso colombiano afectará nuestras disponibilidades presupuestarias; máxime cuando se ha suspendido la ayuda militar de los Estados Unidos?
Si por mantener principios se deben asumir costos, hay que hacerlo y aceptarlo, de tal manera que el problema se lo debe admitir con responsabilidad. Con esta premisa, el impacto inicial no parece desmesurado pues llegaría a siete millones de dólares. Lo que no vemos o conocemos son los efectos que podría ocasionar en otras líneas de contribución de los EEUU que entiendo en un principio, es decir hace mas o menos dos años llegaron a un poco más de 70 millones de dólares y luego se redujeron a 35 millones. No se si este monto sigue vigente. Ciertas fuentes normalmente bien informadas, no pudieron confirmarme el dato actual que parecería es algo inferior.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Julio 7 del 2005