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Inquietudes nacionales

¿Qué efectos inmediatos traerá en el presupuesto nacional si el Congreso aprueba la reestructuración del FEIREP aumentando la inversión social?


Como está planteada la reforma todos los ingresos del FEIREP van al Presupuesto y esta “alcancía” o ahorro público desaparece. Esto me parece un error conceptual e histórico grave, especialmente para el modelo de dolarización en ejecución. La distribución se la hace de una manera que deja amplio campo de libertad o discrecionalidad al Ministerio de Economía para decidir los destinos de estos recursos.


El Presupuesto aumenta en el monto de estas transferencias. La reforma deja sin tope o control el monto de gastos durante el año 2005. Se excluye de manera indefinida todo límite a los gastos de inversión, sin dar una definición clara de lo que ese concepto significa.


Los cambios conceptuales a las metas macro fiscales permitirían disponer de una política fiscal expansiva. No se ve ninguna disposición que asegure el destino y uso eficiente de los fondos.


La experiencia nacional sobre el manejo presupuestario es tan mala que no debe permitir discrecionalidad alguna. Además es hora de incluir veeduría ciudadana obligatoria en el uso de estos dineros, para lo cual es indispensable preservar el FEIREP, con los cambios de distribución necesarios, pero manteniendo a salvo y como ahorro el componente de estabilización.



¿Qué margen de negociación le quedará al Ecuador luego de que es evidente que se producirán cambios en la estrategia de negociación del TLC? ¿Tendremos la opción de postergar nuestra participación, sin perjuicio de que Colombia y Perú sigan adelante?


Muy poco. No hay que olvidar que esta negociación es de tres países con los EEUU y que se requiere coordinar las posturas antes de enfrentar las rondas. Si bien hay varios temas pendientes, los más complejos son los subsidios agrícolas y las normas de propiedad intelectual, y en estos campos la fuerza radica en la unión de los andinos. Separados somos más vulnerables.


Respecto a una postergación, que es posible hacerlo, el costo es la exclusión de las negociaciones y la aceptación final al momento del cierre de la negociación, de lo que los otros convinieron.


Los pronósticos mundiales coinciden en un aumento sostenido del precio del petróleo para los próximos años. ¿De qué manera podremos reestructurar nuestra política petrolera, tanto en productividad como en un mejor manejo financiero de dichos recursos?


Ojalá esto ocurra por el bien del país. Sin embargo, nadie nos asegura que ello pase. Las condiciones pueden cambiar como ya lo hemos vivido en épocas recientes y por eso el mantenimiento de un Fondo de Estabilización es indispensable.


En la política petrolera se necesita transparencia. Nadie sabe exactamente las reglas de juego y los resultados de los contratos con las empresas internacionales. Unos sostienen que el ganador es el Estado, y otros que todo se llevan ellas. En el Presupuesto se asigna un 32% a la participación del Estado Central, pero las empresas dicen que es superior.


La verdad es que el enjambre de leyes y reglamentos ayudan a tener una política opaca. Varias veces he propuesto tener un solo concepto en la relación del Estado con las empresas, incluyendo Petroecuador, suprimiendo todos los demás. La participación del país en la producción bruta, sin deducción ni pago alguno daría claridad a esta política, pondría término a la discusión actual, eliminaría ciertas prácticas contables artificiosas y permitiría objetivamente saber como nos va.


Regla simple y de fácil control sería el argumento central que podría convertirse en el pilar central del desarrollo del sector.


El país pide honestidad a gritos y una forma de hacerlo es poniendo las cosas sobre la mesa. Con eso enterramos ese debate interminable sobre la inconveniencia o conveniencia de tener socios privados o públicos en la explotación petrolera.


Respecto del manejo financiero debemos tener claro que este patrimonio del país es irrecuperable cuando se lo extrae y por lo tanto sólo debe servir para inversión pública social, de servicios o productiva, perfectamente bien definida. No se lo debe usar en gastos corrientes.




¿Cuáles son los parámetros (elementos) que conforman los siguientes índices y cual es su porcentaje de impacto dentro de cada uno de estos?: Índice de Confianza del Consumidor (ICC), el Índice de Confianza Empresarial (ICE), el Indicador Adelantado de Cambios en el Ciclo Económico (Iacce), el Indicador de Fin de Recesión o Inicio de Alerta (Frida).


Los índices citados tratan de prever el futuro inmediato sobre previsiones que hacen los agentes económicos o, en otro caso, a través de las denominadas variables adelantadas, es decir, aquellas que predicen la situación del ciclo económico. La investigación sobre este tema se realiza en muchos países y los institutos que resaltan en este ámbito son el National Bureau of Economic Research de los EE.UU. y el Instituto de Altos Estudios en París. El BCE publicó hace poco información sobre los cuatro indicadores de la actividad económica.


El Índice de Confianza del Consumidor-ICC- se construye sobre la base de preguntas incorporadas a la Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo en el área urbana. Las preguntas indagan sobre la opinión de los hogares en relación al pasado y sus percepciones sobre el futuro. Dicha encuesta se aplica a 2.400 hogares de Cuenca, Guayaquil y Quito. Está compuesto de cinco subíndices: índice de situación económica actual, índice de percepción de compra, índice de situación económica futura, índice de probabilidad de compra e índice de ahorro futuro.


El Índice de Confianza Empresarial-ICE-, en cambio, es una síntesis de las encuestas de opinión empresarial que realiza el BCE desde hace varios años. En dichas encuestas se pregunta a una muestra de empresas de 8 sectores productivos (cuyas ventas representan el 80% del total nacional) del país las percepciones sobre la producción, ventas, empleo, inversión y acceso a crédito en el siguiente mes y, además, se indaga sobre los valores efectivamente realizados en el mes en curso.


El Indicador Adelantado de Cambios en el Ciclo Económico-IACCE- tiene como propósito detectar y pronosticar cambios o inflexiones en la economía. De esta forma, puede anticipar reducciones o expansiones de la actividad económica con un trimestre de anticipación. Puede tener valores de 0 a 100. Cuando su valor supera los 85 puntos habrá un cambio en el ciclo, es decir, recesión si la etapa previa es expansiva y expansión si la etapa previa es recesiva. Las variables económicas son las siguientes: exportaciones de banano, exportaciones totales de petróleo y derivados, consumo nacional de energía eléctrica, exportaciones totales, expectativas de producción de las Encuestas de Opinión Empresarial y la reserva internacional de libre disponibilidad (RILD).


Finalmente, mediante el Indicador de Fin de Recesión o Inicio de Alerta-FRIDA- se establece la probabilidad de cambio de régimen, esto es, pasar de una etapa de crecimiento a una de desaceleración o viceversa. Este índice está entre 0 y 1, siendo 0,5 el umbral de cambio de régimen, que permite prever que la situación actual (de expansión o recesión) tiene las mayores probabilidades de cambio. Como indicador está conformado por las variables: porcentaje de desocupación en la ciudad de Quito, importaciones totales en valor, exportaciones no petroleras en valor y las expectativas del nivel de ventas de las Encuestas Mensuales de Opinión Empresarial.

Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Mayo 26 del 2005

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